Por: Juan Carlos López Castrillón
La semana pasada, el CNE anunció el calendario electoral con las siguientes fechas clave para las elecciones de 2025 y 2026:
26 de octubre: consultas internas de los partidos y elección de los Consejos Municipales de Juventud.
8 de marzo: elecciones parlamentarias y, seguramente, consultas interpartidistas.
31 de mayo: primera vuelta presidencial.
21 de junio: segunda vuelta.
No se requiere ser un súper analista para saber que todo estará marcado por dos grandes tendencias: la petrista y la antipetrista. El debate no será entre izquierda, centro y derecha. No habrá términos medios. Lastimosamente, la insuperable polarización dejará sin espacio al centro para el debate de ideas con las dos extremas, y seremos presas de dos tenazas: el poder de las mal llamadas “estructuras” y el apasionamiento.
Muy pocos le prestarán atención a la discusión de propuestas y al balance de ejecuciones regionales o nacionales. Nada. Esto será puro y duro, con las consabidas injerencias externas en nuestras zonas rurales, el poder del dinero y los puestos (así se autodefinen ahora las “estructuras” electorales).
¿Cómo se puede contrarrestar parcialmente lo anterior?
La respuesta no es muy clara, pero podría pensarse que los “paraguas” nacionales tendrán algo de injerencia en lo local, en particular las dos organizaciones que pueden pensar en presentar listas cerradas: el Pacto Histórico y el Centro Democrático. Por una sencilla razón: tienen a los dos líderes que marcan la pauta de la opinión del país, Petro y Uribe.
Ningún otro partido de votación significativa va a realizar el ejercicio de cerrar sus listas al Senado y, en algunas partes, a la Cámara. Eso sería lo ideal, pero no es viable.
Ahora bien, está claro que hoy está mejor organizada la tendencia petrista que la antipetrista, debido a la dispersión normal de candidatos de estos últimos y al indiscutible efecto de tener al Ejecutivo dedicado a hacer elecciones, llevando algún impacto personal o colectivo a las regiones. Eso pesa. Por ello, es bastante probable que el petrismo llegue a segunda vuelta.
En fin, esto ya arrancó, y la competencia conjuga paciencia, tiempos, recursos y espacios. Pero, sobre todo, saber leer el gran tablero político-electoral que se está construyendo.
Posdata: la ley de garantías se iniciará el 8 de septiembre, dentro de menos de seis meses…