Inicio OPINIÓN Jesús F. Vega Muñoz - Pbro. Al señor tu Dios solamente adorarás

Al señor tu Dios solamente adorarás

Padre Jesús Fernando Vega Muñoz Pbro

Hoy se expone en el Evangelio las tentaciones, una significativa narración.

Jesús enfrenta las 3 tentaciones, estas tienen como objetivo romper la relación con Dios.

Así como Jesús, todos pasamos momentos de desierto en nuestra vida donde satanás quiere tentarnos y que la humanidad se pierda en sí misma.

La primera tentación. Si eres hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan. Jesús siente hambre y satan, está siempre al acecho, aprovecha esa circunstancia para tentarlo como lo hace hoy día con tantas personas que tienen hambre y satanás los tienta para que hagan cosas que no deben hacer.El diablo le pone por delante una necesidad física urgente, como la de tomar alimento, y le sugiere que lo haga comprobando.

Si te postras y me adoras todo lo que vez será tuyo, dice satanás a Jesús. Los reinos surgidos por la ambición de poder humano se van derrumbando. Sólo cuando se reconoce a Dios como creador y se respetan las leyes de la naturaleza, se alcanza el verdadero bien del hombre. Cuantos hombres no le venden el alma al diablo tan solo por querer tener poder, aplastando al hermano y pasando por encima de él, pero veamos que eso no es eterno, pues muchos suben como palma y de repente caen como los cocos, solo a Dios debemos adorar y solo a él debemos rendir culto.

El diablo hace uso del Salmo 91 donde se asegura el cuidado y protección de Dios. Nos sorprende que el diablo diga: En las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra, o sea satanás se sabe la escritura y quiere desde ella tentar a Jesús. Pero Jesús vuelve a defenderse citando otro texto de la misma Escritura: No pongas a prueba al Señor tu Dios.

El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que Jesús, al vencer al tentador (CEC 539)Los evangelistas indican el sentido salvífico de este acontecimiento misterioso. Jesús es el nuevo Adán que permaneció fiel allí donde el primero sucumbió a la tentación. Jesús cumplió perfectamente la vocación de Israel: al contrario de los que anteriormente provocaron a Dios durante cuarenta años por el desierto (cf. Sal 95, 10), Cristo se revela como el Siervo de Dios totalmente obediente a la voluntad divina. En esto Jesús es vencedor del diablo; él ha “atado al hombre fuerte” para despojarle de lo que se había apropiado (Mc 3, 27). La victoria de Jesús en el desierto sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la Pasión, suprema obediencia de su amor filial al Padre.

Te pedimos, Señor todopoderoso, que las celebraciones y las penitencias de esta Cuaresma nos ayuden a progresar en el camino de nuestra conversión: así conoceremos mejor y viviremos con mayor plenitud las riquezas inagotables del misterio de Cristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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