Redacción El Liberal
La ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza entra en una nueva y alarmante etapa. El primer ministro Benjamín Netanyahu anunció su intención de llevar a cabo una ocupación total del enclave palestino, una decisión que ha generado divisiones dentro del mismo gobierno israelí y ha sido respaldada abiertamente por el expresidente estadounidense Donald Trump.
Según fuentes oficiales, la medida busca eliminar por completo a Hamás, rescatar a los rehenes aún en manos del grupo y desactivar cualquier amenaza persistente en la región. Sin embargo, esta “decisión final” enfrenta una fuerte resistencia interna. El jefe del Estado Mayor de Israel, Eyal Zamir, ha expresado su desacuerdo por el riesgo que supone para los rehenes y por el posible desgaste a largo plazo para las fuerzas armadas.
A pesar de ello, Netanyahu ha reiterado que el Ejército debe seguir las órdenes del poder civil y ha sugerido que quienes no estén de acuerdo con la estrategia deberían dar un paso al costado. La tensión dentro del gabinete de seguridad se ha intensificado y se refleja en un clima de incertidumbre y fractura institucional.
En paralelo, Trump ha ofrecido una visión alternativa para el futuro de Gaza. Su propuesta incluye reubicar a la población palestina en países vecinos, entregar la administración del enclave a una coalición internacional y convertir la región en un destino turístico. Esta idea, aunque controversial, ha sido acogida por Netanyahu como parte de un plan más amplio de reconfiguración geopolítica en Medio Oriente.
Mientras tanto, el panorama humanitario en Gaza se deteriora rápidamente. Organizaciones internacionales denuncian una crisis extrema: más del 75 % del territorio se encuentra bajo control militar israelí, con reportes de decenas de muertes diarias, escasez de alimentos, bloqueos de ayuda y desplazamientos masivos. La situación ha sido calificada por expertos como una forma de “castigo colectivo” y un uso inaceptable del hambre como arma de guerra.
Los esfuerzos de mediación, liderados por Estados Unidos y países árabes, han fracasado. El enfoque “todo o nada” defendido por Trump y Netanyahu parece cerrar la puerta a un cese al fuego inmediato. Exfuncionarios de seguridad israelíes, sectores de la oposición y familiares de los rehenes exigen un cambio de rumbo antes de que el aislamiento diplomático de Israel se agrave aún más.
