
La VII versión de la Carrera Atlética “Andrés Bello” Popayán 12k/6k, se cumplió en Popayán, el domigo 18 de mayo.
Por: Gerardo Salazar Salazar
Hay instantes, donde darlo todo es la único que deseamos, se transbordan las expectativas en un torbellino que nos hace sentir la felicidad que se percibe a plenitud en la infancia y queremos dejar el alma en lo que hacemos, es el sentimiento que se concentra, cuando vemos tanta gente irradiando buena energía para un desafio, que se avecina estando en la línea de salida de un evento deportivo, con esas ganas inmensas de llegar a la meta y asi fue la sensación cuando sonaron las magistrales notas del himno nacional de nuestra republica de Colombia indicando el inicio a las siete en punto, de la VII versión de la Carrera Atlética “Andrés Bello” Popayán 12k/6k, realizada el domigo 18 de mayo.
Esa genética que desafía a los seres humanos, que los vuelve lúdicos y maravillosos, donde ya no hay distinción de generos, ni de clases y nos reconocemos en ese momento sublime y sentimos como si estuviéramos en los juegos olímpicos de nuestro destino, donde este juego de correr se transforma en un duelo personal por seguir adelante en lo que hacemos, donde transpirar la camiseta es un hecho fantastico.
Lo ocurrido en estos segundos inmortales, se inscribe entre los instantes memorables de la existencia y determinan la continuidad en nuestros planes familiares, laborales, empresariales, educativos y sociales; es cuando nos preguntamos ¿será este uno de los mejores momentos vividos? y fue tan mágico sentir avanzar hacia la meta gente extraordinaria; y mejor, más tarde, volver a ver los instantes que nos inspiran revelados en fotografías, en videos compartidos con familiares y con amigos en las redes sociales y entonces, todo se vuelve una evocación entrañable, que podemos revivir una y otra vez en la memoria que nos traslada y nos hace fintas por diferentes caminos.
El domingo fueron minutos de adrenalina, nadie quería parar hasta llegar al objetivo, anhelaban dar su mejor catedra vital de perseverancia, fuerza física y mental, cada quien a su ritmo, con unas autoridades municipales y departamentales deslumbrando en medio de la gente, siendo uno más, inspirando con su ejemplo con el alcalde a la cabeza y la gestora social del municipio y la gestora social del departamento y los funcionarios de indeportes Cauca, en una integración sublime, en cada paso del recorrido sacando lo mejor de si, totalmente en su hábitat, como guerreros, cuyos hechos de vincularse en los eventos sociales y con la gente los definen como ganadores; con los bomberos que corrieron con su traje con el cual salvan vidas a montones, con la policía nacional y el ejercito nacional en competencia y acompañando el cierre vial de este amistoso evento, con la logística a cargo de los voluntarios de la Fundación “Andrés Bello” todos queriendo la paz de nuestro departamento, que necesita y merece que seamos felices al menos un instante y ojala para siempre.
Arriba, en el cruce de las chozas vislumbrando el horizonte estaba el carro de los bomberos disparando ráfagas de amor con agua para los corredores que llegaban fatigados a la cima y como si fuera poco nuestra música cultural y ancestral de chirimía, que nos afirmaba que somos una región histórica y pluricultural, para proseguir el descenso escuchando sus acordes con la esperanza de divisar la meta, cada quien en su carrera triunfal, completamente felices, queriendo levantar las manos y decirnos internamente que dejamos el corazón y hasta la piel, en una resurrección de alegría inmensa, que valoraremos y recordaremos por décadas, por que cruzar la meta nos cambia para bien.
Se acercaba el momento de arribar, los minutos se hacían eternos y aunque el cansancio estaba allí, eran de extasis, de aprovechar al máximo las energías, de agigantarse ante las dificultades, de seguir y seguir dando zancadas y nos fue invadiendo el espíritu de la liviandad, que nos hace sentir grandes y apretamos el paso y entramos al área del reto cumplido y nos recibió la victoria en sus brazos y nos sentimos de nuevo como niños fabulosos en el patio de nuestras inmensas alegrías, como si fueramos los mejores del mundo y al mirar los tiempos detectamos que habíamos tenido un rendimiento notable, que lo habíamos logrado nuevamente o por primera vez y solo queriamos disfrutarlo.
Pasara el tiempo y la VII Carrera Atlética “Andrés Bello” estará allí intacta en nuestra mente y nuestro corazón y aunque corrimos individualmente, eramos un enjambre, un equipo funcionando como una manada que se impulsan unos a otros y vimos a las figuras atléticas en la distancia de los 12 kilometros, que disputaban el podio dejando el cuero en la arena, cual fieras en su terreno, Mateo Usuga comandaba la categoría libre (18 a 39 años) seguido a poca distancia de Juan solarte, Yeison Velasco, Angelino Gue y Manuel Arcila; mientras las mujeres elite hacían hasta lo imposible por alcanzar a Daniela Montero que tras años de entrenamiento se sigue constituyendo en un referente del atletimo, la seguían Andrea Ordoñez, Vanessa Mera, Luisa Fernanda Mauna y Diana Galarza.
Y los maestros y las maestras, los y las de la categoría master hacian lo suyo en el terreno que más los apasiona, quedará en el recuerdo que en los Master A (40 a 49 años) Jose Rojas imponía un ritmo demoledor seguido por Jesús Ojeda, Jorge Rengifo, Eduar Cañola y Javier Tintinago; mientras que las damas formaban un quinteto estelar con Olga Tabla a la cabeza, escoltada a pocos metros por Sonia Rosales, Esmeralda Arcos, Beatriz Anacona y Deisy Murcia.
El quinteto de la master B, (50 a 59 años) era comandado nada más y nada menos que por el atleta internacional Edwin Meneses, campeón de la primera maratón internacional de Calí celebrada el 4 de mayo y todavía con sus piernas fatigadas por esos 42 kilometros corridos hace 15 días, era seguido de cerca por el crédito de Silvia Cauca José Tunubala, por Pedro Sevilla, Fabio Collazos y Miguel Suarez. En tanto las damás seguían a María Mosquera que estaba firme buscando el primer lugar, seguida por la recién graduada maratonista en Calí el 4 de mayo Gloria nuestra querida Mona Camayo, quien aun sentía tiritar sus piernas luego de vencer el muro de los 42 kilometos, la seguía Flor Escobar y Angie León, deportistas disciplinadas, que paso a paso se han acercado al alto nivel competitivo.
Para hilvanar el cuadro de honor la categoría Master C damas y varones mayores de 60 años, decían con su actuación, cual es la clave de la felicidad y la longevidad, eran contrincantes por un momento, pero amigos por siempre, la posición adelantada la llevaba el atleta Jesús Mora, seguido por el ya tradicional en los pódium de este nivel Manuel Pasos, quien se destaca por su entusiamo deportivo y su condición física, seguían el lote de cerca Miguel Sanchez, Jairo Restrepo y Carlos Villa, entretanto, las mujeres eran lideradas por Rita Jacome, Nidia Talaga y Gloria Susana Salazar, destacados y destacadas runners, con tremendo palmares deportivo, lo evidencia que estábamos en una VII versión de la Carrera Atlética “Andrés Bello” en expansión, con un nivel maravilloso, con grandes deportistas y es posible que en un futuro se sigan dando estas exhibiciones de talento, compañerismo y amistad, mientras seguimos amando y disfrutando de nuestra ciudad histórica y bonita de Colombia Popayán.
La distancia de 6 kilómetros juveniles de 14 a 17 años, la nueva generación abrían camino con Juan Ipia adelante, perseguido por Emanuel Mosquera, Miguel Cruz, Franklin Benavides y Cristian Cuadros, las Juveniles en un debut impresionante de Nelsy Sanchez, en grupo compacto era escoltada por Sara Camayo, Mara Astaiza, Mariana Cerón y Eveling Paz.
La distancia de 6 kilómetros abierta para todas las edades, fue una exhibición de ritmo, técnica, con velocidad e intensidad creciente, desatando un nivel competitivo exigente, aquí, Diego Mallarino en la recta final luchaba por que le respiraban cerca Mario Vergara, Michel Valencia, Jhon Mideros y Julián Villegas; las mujeres con el liderato de Tatiana Hidalgo, Dayana Valencia, Diana Niño, Nathalia Caicedo y Natalia Burbano, formaban un cuadro de honor imparable.
En conclusión el evento fue maravilloso, con gran nivel competitivo y recreativo, con participantes y con familias felices, todos en un umbral de oxitocina inigualable, sumando medallas en esta temporada 2025 que ya se acerca a mitad del camino y con muchos eventos por participar, con patrocinadores alegres y entusiastas.